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Úlcera en la pierna. Burkina Faso.

Un nuevo reto: se nos remite un caso sin datos clínicos, con sospecha de úlcera de Buruli.

La única información por tanto es la que podemos extraer de la imagen. En ella se observa una úlcera de aspecto crónico, de fondo fibrinoso y bordes en apariencia poco favorables para la reepitelización.

Para asesorar mejor en el diagnóstico y tratamiento debemos conocer datos  fundamentales, como puede ser la edad del paciente, el tiempo de evolución, si tuvo algún traumatismo previo (como una quemadura por tubo de escape), si tiene o no dolor asociado, si el paciente presenta insuficiciencia venosa, si es fumador, si tiene diabetes o hipertensión, si ha tenido claudicación intermitente en algún momento, si padece de drepanocitosis…

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Por el aspecto clínico podemos descartar la posibilidad de un Buruli, dado que los bordes de aspecto leñoso de la úlcera no parecen poder disecarse fácilmente.

En caso de que fuera una úlcera crónica, que riesgo presentaría un paciente con este tipo de afectación? Que datos de la exploración clínica apoyarían el diagnóstico?

En caso de que apareciese en una persona joven tras un traumatismo banal que diagnóstico deberíamos descartar? Como podríamos hacerlo?

Que medidas se podrían aconsejar para tratar de cerrar una úlcera crónica en el contexto africano?

Mujer de 27 años con ceguera de 3 años de evolución. Burkina Faso.

Mujer de 27 años con ceguera bilateral, tras 3 días de dolor ocular bilateral.
La visión es solamente de percepción de luz y las pupilas no son explorables. La conjuntiva está difusamente hiperémica y la córnea parece presentar una coloración blanquecina y tiñe con fluoresceína.
Se muestra imagen clínica de ambos ojos.
Que posibilidades diagnósticas se os ocurren?
Como trataríais el caso?
Pensáis que existe alguna posibilidad que, después de 3 años, la paciente recupere la visión?

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Niña de 10 años con fiebre y lesiones indoloras óseas. Ruanda.

Niña de 10 años que desde los 6 presenta excrecencias de origen aparentemente óseo, duras y no dolorosas. Está ingresada por fiebre de más de un mes de evolución, presentando picos febriles sin claro predominio horario de hasta 40.5º. El estado general es bueno entre los picos febriles. La niña presenta caquexia. No tiene dolor en ninguna localización, tos, diarrea ni otra sintomatología a parte de la fiebre.

En las pruebas complementarias presenta Hb 9.2, leucocitos 3300 (FN) y plaquetas de 120000 que pasan a 380000 durante el ingreso. La bioquímica básica realizada muestra GOT 11, GPT 15, Creatinina 0.9, Urea 20.

La serología de VIH es negativa y la gota gruesa también. No se observan parásitos en heces.

La exploración clínica y la ecografía abdominal descartan esplenomegalia, hepatomegalia y adenopatías intraabdominales.

Se muestran imágenes clínicas y de Rx torax y hueso.

Como orientariais el caso? En el contexto de un hospital de distrito en Ruanda propondríais alguna actitud terapéutica? Os parece que están relacionadas las lesiones óseas con el cuadro actual?

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Prevalence of Brucellosis among Women Presenting with Abortion/Stillbirth in Huye, Rwanda

Journal of Tropical Medicine 2014.

http://dx.doi.org/10.1155/2014/740479

25% of women who was suffered this problem were positive with Rose Bengal plate test (RBPT).

Findings from the current study give insights into the otherwise controversial Brucella-associated abortion in human.

The next step will be to isolate Brucella spp. from placental trophoblasts of aborting women.

Tratamiento de la leishmaniosis visceral con anfotericina B liposomal

http://journals.plos.org/plosntds/article?id=10.1371/journal.pntd.0003699

En este artículo se observan unas tasas de curación altas (superiores al 95%) con baja proporción de efectos adversos (inferiores al 1%) en un régimen de tratamiento de 5 mg/kg peso al día intravenosos de anfotericina B liposomal, durante 2 días seguidos y luego una dosis a los 5 días.

En el artículo se citan estudios donde la tasa de curación también es alta con dosis únicas en torno a 10-15 mg/kg.

Este medicamento evitaría el uso de antimoniales pentavalentes en inyección intramuscular (causaban un dolor importante y podían ocasionar abscesos en el lugar de la inyección), que es uno de los regimenes de tratamiento que fueron más usados anteriormente y que se administraban durante un mes seguido, con una toxicidad no despreciable  (sobre todo a nivel de arritmias cardiacas), o los regimenes mas prolongados de anfotericina B no liposomal que obligaban a una hospitalización de 15 a 30 días.